Isaías 35:4 dice: “Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.”
En este capítulo, Jehová les da grandes promesas a los redimidos de Sión. Como pueblo lavado con la sangre de Jesús, la iglesia también puede recibir los beneficios de estas palabras. Una de las promesas en Isaías 35 está dirigida a aquellos que tienen un corazón apocado, es decir, aquellos que tienen miedo, vergüenza o son excesivamente tímidos.
Si tienes un corazón temeroso, el Señor dice: “Esfuerzate; No tengas miedo." El miedo debilita tu espíritu y puede impedirte crecer plenamente en la fe. La pregunta es, ¿cómo puedo hacer esto?
Primero, para esforzarte y superar tus temores, necesitas creer que Dios cambiará tu situación. Y para creer que Él cambiará tu situación, necesitas una palabra que garantice ese cambio en tu vida. Por eso el Señor envió esta palabra a sus siervos, para darles seguridad y confianza en su aflicción.
Segundo, si crees a esta promesa de la Palabra, debes vivir de acuerdo a la fe que profesas tener. La fe demanda acción o movimiento. Si digo que confío en Dios, pero vivo lleno de temor y ansiedad, algo está mal con mi fe. Y si algo está mal con mi fe, puedo buscar ayuda en la presencia de Dios.
Dios mismo vendrá
Además de prometer retribución y pago, Dios inspira al profeta Isaías para decirle a su pueblo que Él mismo vendrá a salvarlos. Aunque sus ángeles están para el servicio de los santos, en esta ocasión el Señor no iba a enviar un ángel o un gran guerrero a luchar por ellos, sino que Él personalmente vendría en su ayuda.
Por supuesto, si Él enviara sus ángeles ellos podrían vencer a cualquier enemigo que se levante contra nosotros. Ellos no vendrían en sus propias fuerzas, sino llenos del poder de Dios. De todas formas, en esta ocasión Jehová se comprete a pelear por su pueblo. ¡Cuán grande es su amor por aquellos que le aman!
Esta palabra es un poderoso mensaje de esperanza y tranquilidad para los que confían en Jehová. Cuando luches contra el miedo y la incertidumbre, Dios te ofrece consuelo y aliento. Cuando te sientas desanimado, recuerda esta promesa de Dios. Puedes ser fuerte porque Él te fortalece. Puedes vencer el temor por el poder de su palabra.
Recuerda que no estás solo en tus luchas y pruebas. El Señor está contigo y vendrá en tu ayuda. Así que sé fuerte y no temas, porque más grande es el que está contigo.
El Señor Jesucristo dijo: "No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino." (Lucas 12:32)