Todos tenemos días en los que las cosas no salen como queremos. En días como estos, puede ser difícil mantener la motivación para seguir luchando. Cuanto más grande sea el dolor o la prueba que enfrentamos, más fácil es desanimarnos. Pero si estás buscando una manera de mantenerte espiritualmente fuerte y estable en el Señor, la solución es vivir con fe y expectativas en Dios.
Habacuc 2:4 dice: “He aquí, el que no es recto de alma se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá”.
Vivir por fe es tener la confianza de que lo que Dios ha prometido será fiel en cumplirlo. Y esa certeza te permite tener expectativas positivas. Veamos algunas claves para aprender a estar llenos de fe y expectativa:
1) Comienza cada día con gratitud
Efesios 5:20 dice: dando siempre gracias por todo a Dios Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Antes de comenzar con tus tareas diarias, tómate unos minutos cada mañana para reflexionar sobre las cosas por las que estás agradecido en la vida. Hacer esto te ayudará a poner las cosas en perspectiva, de modo que aun cuando las cosas no salgan como lo planeaste, todavía encuentres algo positivo que te permita seguir adelante.
2) Cree en tu identidad en Cristo
1 Corintios 15:10 – Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no fue en vano para conmigo antes que yo trabajara más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.
Si eres lavado con la sangre de Jesús, entonces eres más que vencedor. No dejes que nadie te diga lo contrario. Cree en lo que Dios ha dicho sobre ti, sin importar los obstáculos que se te presenten. Nadie sabe mejor que Dios cuál es tu capacidad y para qué estás aquí en la tierra. Cuando aceptas quién eres en Dios, puedes superar el desánimo que viene con la timidez y la baja autoestima.
3) Actúa
Esta palabra significa que la fe sin acción no tiene sentido; Creer en algo no nos llevará muy lejos a menos que estemos dispuestos a hacer algo al respecto. Así que asegúrate de que cualesquiera que sean tus metas o sueños, des los pasos necesarios hasta que se conviertan en realidad.
4) Ten enfoque y determinación:
Todo lo que vale la pena lleva tiempo, pero no debes rendirte antes de alcanzar la meta. Una buena actitud combinada con determinación suele ser suficiente motivación en tiempos difíciles.
En días de dificultad y desánimo, cuando parezca imposible alcanzar tu meta, confía en el poder de Cristo para hacer lo que te has propuesto.
Por último, recuerda:
5) Sé paciente
Salmo 40:1-Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí y oyó mi clamor.
Una de las causas del desánimo es la desesperación. Cuando nos esforzamos por lograr algo rápidamente y nuestro esfuerzo es en vano, podemos deprimirnos al ver que las cosas no cambian.
Tener expectativas no significa esperar resultados de la noche a la mañana. A veces las cosas buenas toman tiempo, así que ten paciencia y espera, sabiendo que todo sucederá según el tiempo de Dios.
Vivir lleno de fe y expectativas no es fácil, pero si sigues los consejos de Dios, pronto verás cambios significativos por dentro y por fuera. Terminarás tu día lleno de alabanza. ¡Dios te bendiga!