noviembre 21, 2024
Dibujo de Habacuc
En Habacuc capítulo 2, Jehová nos enseña el secreto de vivir por fe.

En el capítulo 1, Dios respondió a la primera pregunta del profeta, ¿por qué Dios no castigaba el mal entre su pueblo? Resulta que el Señor iba a usar a los caldeos para juzgar el pecado de Judá. La invasión babilónica les quitaría la libertad y la prosperidad. Y como resultado de esto, el pueblo sería libre de la idolatría. 

Sin embargo, la respuesta de Jehova perturbó profundamente al profeta. Habacuc no podía entender lo que oía. Se preguntaba, ¿cómo podría un Dios justo usar a los más malvados para castigar a los menos malvados?

Después de orar a Dios no tuvo más remedio que esperar su respuesta. Decidió estar en  vigilia, como un centinela en una torre, esperando una revelación. Esperaba con atención para no perder el mensaje de Dios.

En su respuesta a Habacuc, Jehová le dijo al profeta que escribiera la visión en tablas para que el mensaje fuera visible para el pueblo.

Según el Comentario de Fausset Brown, las tablas estaban hechas de madera de boj en la que grababan asuntos nacionales, usando una pluma de hierro, y luego colgaban en público, en las casas de los profetas o en el templo, para que los transeúntes pudieran leerlas.

Compárese Lucas 1:63, Y pidiendo una tabla, escribió, diciendo: Juan es su nombre. Y todos quedaron asombrados.

Al decirle a Habacuc que publicara la visión para el pueblo, Jehová dio a todos los que la leían la oportunidad de escapar del juicio.

Uno de los propósitos de la profecía es alertar a la gente. Se les anuncia lo que vendrá para que puedan prepararse y salvarse.

En el capítulo 2:3, Dios advirtió que el cumplimiento de la profecía no sería inmediato, pero enfatizó que era un hecho inquebrantable.

Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.

En cuanto a la pregunta sobre los malvados y los menos malvados, Jehová respondió: He aquí el soberbio, su alma no es recta en él; mas el justo por su fe vivirá.

En otras palabras, aunque los caldeos traerían devastación por todas partes y se jactarían sobre los judíos, quien tuviera fe en su Dios iba a vivir.

Hebreos 11: 1 nos dice que la fe es la certeza de lo que se espera, la evidencia de lo que no se ve. Vivir por fe da la certeza de que Dios hará lo que ha prometido sin depender de lo que podamos ver.

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