noviembre 21, 2024

Al hablar deSimei maldice a David la guerra espiritual no podemos pasar por alto el ejemplo de siervos de Dios que pelearon grandes batallas y fueron victoriosos contra el enemigo. Uno de los siervos de Dios del que podemos aprender es el rey David. Este hombre peleó muchas batallas en su vida.

Pero en un momento de debilidad le falló a Dios y cometió un gran pecado cuando tomó la mujer de Urías heteo y luego le hizo morir en el campo de batalla.

A causa de esto, Dios envió al profeta Natán con un mensaje de reprensión para David. Dios perdonó a David pero le advirtió que a causa de su pecado le vendrían consecuencias que iba a enfrentar, una de ellas era que la espada no se apartaría de su casa.

En verdad, la palabra de Jehová se cumplió tal como lo había dicho el profeta. Pero a pesar de todo esto, la presencia de Dios nunca se apartó del rey David. Esta  fue la clave de su victoria antes de caer y aun después de fallarle a Dios.

Uno de los momentos mas difíciles para el rey David fue cuando su hijo Absalón se reveló contra él para quitarle el trono. Fue en medio de esta prueba tan difícil que escribió el Salmo 3.

  1. ¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios! Muchos son los que se levantan contra mí.
  2. Muchos son los que dicen de mí: no hay para él salvación en Dios.
  3. Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza.
  4. Con mi voz clamé a Jehová, y él me respondió desde su monte santo.
  5. Yo me acosté y dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba.
  6. No temeré a diez millares de gente, que pusieren sitio contra mi.
  7. Levántate, Jehová; sálvame, Dios mío; porque tú heriste a todos mis enemigos en la mejilla; Los dientes de los perversos quebrantaste.
  8. La salvación es de Jehová; sobre tu pueblo sea tu bendición.

Hay momentos en que tus enemigos creen que Jehová te ha abandonado. Absalón se rebelo contra su padre y trató de quitarlo del trono de Jerusalén. Cuando los enemigos de David vieron que él tuvo que salir avergonzado de la ciudad de Jerusalén, y que la mayor parte del pueblo se  tornó a favor de Absalón, muchos creyeron que David estaba solo. Las apariencias decían que en verdad esa era su realidad.

Sin embargo, la gente no conocía la relación intima que David tenía con su Dios. Por esto él podía contrarrestar a aquellos que creían que no había salvación para él, diciendo: “Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí…”

Sabemos que el escudo que usaban los soldados del pasado solo podía proteger el frente de su cuerpo. Pero Jehová nos protege alrededor, ¡gloria a Dios! En Zacarías 2:5 dice que Jehová será muro de fuego alrededor de Jerusalén en el Reino futuro. Ese es el Dios al cual servimos, que nos cubre con su presencia, ¡Aleluya!

Otra declaración poderosa que hace David es que proclama a Dios como su gloria. David no estaba aferrado al trono ni a la gloria de ser rey de Israel. Dios era su gloria. Hoy también hay muchos que se glorían en muchas cosas, pero dice en 2 Corintios 10:17, “el que se gloría, gloríese en el Señor.”

Cuando leemos la historia de la rebelión de Absalón contra su padre, vemos que David al salir de la ciudad, subía la cuesta de los Olivos llorando, con su cabeza cubierta, y con sus pies descalzos (2 Samuel 15:30). El ir descalzo era una señal de humillación ante su Dios.  David reconoció que Jehová era quien levantaba su cabeza cuando estaba cabizbajo.

Servimos al Dios que responde a la oración. David llamó al Señor, pero no lo llamó con voz baja. Él clamó, lo que quiere decir que David gritó y levantó su voz en alto para pedir ayuda. Cuando un padre o una madre oye el grito de su niño se conmueve y se esfuerza en atender la necesidad de ese niño. Cuanto mas nuestro Padre celestial atenderá al clamor de sus hijos. Dice en el Salmo 103:13, “Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen.”

David pudo acostarse y descansar porque Jehová lo sustentaba. No solo pudo dormir, también pudo despertar. Esto es importante, porque el que está en aflicción es tentado a caer en depresión. La depresión provoca un encerramiento que lleva a la persona a querer dormir continuamente. Es bueno dormir, pero es necesario despertar.

Cuando Jehová nos sostiene no podremos caer. Al estar afirmado en esta verdad, en David surgió una confianza que ahuyentó todo temor. Para él no importaba que tan grande fuera el numero de ejércitos contra él. Él sabía que Jehová lo sostenía con su diestra de poder.

David levantó un clamor más delante de Dios. Le dijo: “Levántate…” Esto no significa que Dios estaba caído, sino que es una petición por la manifestación de la presencia de Dios. Dice la Escritura que cuando Israel estaba en el desierto rumbo a la tierra prometida, cuando el arca del pacto  se movía, Moisés decía: “Levántate, oh Jehová, y sean dispersados tus enemigos, y huyan de tu presencia los que te aborrecen.” (Números 10:35) David sabía que si Dios se manifestaba en su vida ningún enemigo podría resistir su presencia.

En el Salmo 3 David termina declarando una gran verdad. Hay quienes creen que su salvación viene de sus recursos o de sus riquezas. Hay otros que ponen la confianza en otro hombre. David estaba siendo perseguido por Absalón y su gran ejercito y humanamente con él estaba la minoría. Pero David fue un guerrero victorioso porque el sabía que su salvación venía de Jehová. Nos dice la Escritura que después de todo, Absalón y su ejercito fueron derrotados por el ejercito de David. Pero el rey David regresó a Jerusalén para nuevamente ocupar el trono de Jerusalén.

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