julio 27, 2024


Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Judas 1:3

Continuamos hoy con nuestro estudio del libro de Judas y en este versículo descubrimos que él planeaba escribir una carta con otro tema en mente, pero vio que era necesario escribirles a los hermanos acerca de la defensa de la fe. Quiero tomar en cuenta la razón que Judas da para escribir su carta. Él vio una necesidad en la iglesia y siguió la dirección del Espíritu. Necesitamos aprender a ser hombres y mujeres dirigidos por el Espíritu Santo para ser instrumentos de bendición para el pueblo de Dios.

Judas exhorta a los creyentes a contender ardientemente. El verbo contender viene del griego epagonizomai que también se puede traducir como luchar seriamente. En otras palabras, es necesario que peleemos encarecidamente por preservar la fe que nos fue dada, el evangelio de salvación. Si no tomamos esta actitud militante en defensa de nuestra fe, el enemigo va a destruir la obra que Dios ha hecho en nosotros.

No debemos confundir esta pelea o contienda con hacer violencia o lanzar insultos contra aquellos que se oponen al evangelio. Mas bien, tomamos una actitud militante usando las armas espirituales que Dios nos hado como dice en Efesios 6:11-18. También en 2 Corintios 10:4 se nos dice que las armas de nuestra milicia no son carnales. Si queremos contender por la fe que hemos recibido, debemos hacerlo haciendo guerra espiritual como manda la palabra de Dios.

Acerca de la fe que hemos recibido, el comentario James Fausset Brown dice: "La fe nos fue dada de una vez por todas. Lo que quiere decir que no hay otra fe o revelación que la pueda superar. Este es un argumento fuerte para resistir a los herejes innovadores."

Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo. Judas 1:4

Aunque algunos habían entrado encubiertamente a la iglesia,  creo que el Espíritu le había mostrado a Judas el problema que estaba oculto a la iglesia.

Desde este versículo en adelante, él comienza a describir el carácter de los apóstatas, así como sus falsas enseñanzas.

Una de las cosas que hacen los apóstatas es que convierten en libertinaje la gracia de Dios. Libertinaje viene del griego aselgeia que también se puede traducir como "disolución" o "lascivia." Cuando permitimos que el evangelio se convierta en una doctrina que le da rienda suelta a los deseos de la carne, hemos caído en apostasía.

Al oponerse a la sana doctrina de la palabra, estos hombres estaban en efecto negando al Señor. No es que ellos negaran que Dios era real, sino que con sus acciones contradecían la palabra de Dios, y de esta forma lo hacían un mentiroso. ¡Que Dios nos guarde de caer en semejante error!

Mas quiero recordaros, ya que una vez lo habéis sabido, que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto, después destruyo a los que no creyeron. Judas 1:5

Desde este versículo en adelante, Judas comienza a dar ejemplos de varios casos de apostasía y rebelión contra Dios en el Antiguo Testamento. El primer caso que presenta es el del pueblo de Israel.

Dios salvó a los hebreos de la esclavitud en que se encontraban y los sacó de esa nación con grandes prodigios y milagros. Sin embargo, hubieron muchos que no recibieron esa libertad con un corazón puro, sino que hubo maldad, incredulidad, y rebeldía contra Jehová Dios. Ese corazón malo agradecido y lleno de incredulidad los llevó a la destrucción.

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En 1 Corintios 10:1-12 el apóstol Pablo amonesta a la iglesia a no caer en el mismo error del pueblo de Israel en el desierto.

Lo primero que Pablo quiere que los creyentes reconozcan es que todos los que salieron de Egipto disfrutaron las bendiciones que Dios derramaba sobre ellos igualmente.

Pero a pesar de que todos caminaron bajo la nube, y todos pasaron por el mar; y todos fueron bautizados en la nube y en el mar; y aunque todos comieron el mismo alimento espiritual, y bebieron de la misma agua espiritual; lamentablemente, muchos no pudieron entrar a la tierra prometida, y murieron en el desierto.

En el 1 Corintios 1:6 Pablo dice que los acontecimientos que le vinieron a Israel en el desierto fueron de ejemplo para nosotros; para que no cometamos los errores que ellos cometieron.

Algunos de los pecados que Israel cometió en el desierto fueron la codicia de cosas malas, el pecado de idolatría, el pecado de fornicación, el tentar al Señor, y la murmuración contra Dios. Los pecados que cometieron contra Dios y las consecuencias que les vinieron, fueron escritas como ejemplo para nosotros, como una amonestación para que nos cuidemos de no apartarnos del camino de la fe.

En Hebreos 4 el Espíritu Santo nos revela que el pueblo de Israel no pudo entrar en el reposo de Dios a causa de su incredulidad.

Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron. Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo: Por tanto, juré en mi ira, no entrarán en mi reposo; aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo. Hebreos 4:2-3

Cuando pensamos en rebeldía o rebelión usualmente pensamos en gente que se levanta para llevar la contraria a los líderes. Siempre pensamos en personas como Coré y sus seguidores, que por rebelarse contra Jehová y Moisés, Dios hizo que la tierra se los tragase vivos (Números 16:27-32).

Pero segun esta escritura de Hebreos 4, cualquiera de nosotros puede caer bajo la ira de Dios, solo con guardar incredulidad en nuestros corazones. Cuando dudamos de la palabra de Dios y tratamos de ganarnos su favor con nuestras obras, entonces entramos en apostasía.

 

4 thoughts on “JUDAS 1:3-5

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