En la visión que Dios le mostró al profeta Daniel, el Señor señaló dos de los cuatro imperios que les fueron revelados en el capítulo siete; específicamente, el segundo imperio y el tercero. Además de esto, el Señor le mostró que en el tercer imperio surgiría un rey altivo que causaría grande daño al pueblo de Dios. La forma en que este rey iba a actuar lo haría un tipo de la Bestia, el hombre de pecado, conocido también como el Anticristo.
Daniel tuvo esta visión en el tercer año del reinado de Belsasar rey de Babilonia. Cuando él tuvo la visión vio que estaba en Susa la capital del reino Persa (v.2). Como Daniel vivía en Babilonia, que era el imperio actual en ese tiempo, no creo que él haya estado en esa ciudad físicamente, sino que Dios lo llevó en visión a ese lugar para mostrarle lo que iba a acontecer con el próximo imperio y el siguiente.
En la visión, Daniel miró un carnero junto al río. Este carnero corresponde a la segunda bestia del capítulo 7:5. Los cuernos del carnero con uno que se alzaba más que el otro, corresponde a al oso que se alzaba de un costado más que del otro.
El carnero y el macho cabrío
V.4 "Vi que el carnero hería con los cuernos al poniente, al norte y al sur, y que ninguna bestia podía parar delante de él…". Según el comentario de Jamieson Fausset Brown, Persia conquistó la parte occidental de Babilonia, Mesopotamia, Siria, y Asia Menor. Hacia el norte, Colquis, Armenia, Iberia, y los habitantes del Mar Caspio. Hacia el sur, Persia conquistó Judea, Egipto, Etiopía, Libia; también la India, bajo el rey Darío.
El profeta observó que del occidente venía un macho cabrío sin tocar tierra, y corrió para atacar al carnero con todas sus fuerzas (v. 5-6). La furia de este macho cabrío debe entenderse como la venganza de Grecia hacia la nación que los había arrasado anteriormente.
Este macho cabrío tenia un cuerno notable entre sus ojos, pero cuando estaba en su mayor fuerza de repente ese gran cuerno fue quebrado. Estas palabras ilustran claramente lo que paso en la vida de Alejandro Magno. Él conquistó la mayor parte del mundo antiguo en un lapso de 15 años sin perder una batalla. Pero de repente, cuando estaba en su mayor apogeo, el gran conquistador murió siendo tan solo de 32 años de edad.
V. 8 "y en su lugar salieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo." Cuando a Alejandro se le preguntó quién le debía de suceder, él dijo, "El más fuerte", una respuesta que dio lugar a la división de su imperio entre cuatro de sus generales: Casandro, Ptolomeo, Antígono y Seleuco.
Estos generales no tuvieron un imperio armonioso, sino que hubo una lucha constante entre ellos por el dominio total del Imperio Griego. De Ptolomeo y Seleuco surgieron dos dinastías. Los seléucidas con control del norte y los ptolomeos controlando el sur, mientras que el territorio palestino estaba en el medio de estas dos facciones. Por esta causa, los judíos eran siempre víctimas de la riña de estas dinastías que luchaban por el poder.
El cuerno pequeño
El versículo 9 nos dice que de uno de estos generales, que luego serían reyes, se iba a levantar un cuerno pequeño. La descripción de las acciones de este cuerno pequeño solo se pueden aplicar a uno de los seléucidas, conocido mayormente como Antíoco IV Epífanes.
"Y se engrandeció hasta el ejército del cielo…" (v. 10). Esta expresión puede parecer extraña a muchos que conocen historia y saben que Antíoco Epífanes no fue un rey de gran reconocimiento en la historia universal. Sin embargo, él ocupó un lugar importante en esta profecía debido a la persecución que lanzó contra el pueblo judío y su santuario.
Su enemistad contra Dios lo llevó a hacer grandes estragos en Jerusalén, y en su deseo de borrar el judaísmo profanó el templo al ofrecer un cerdo en el altar. Estas y otras acciones similares lo hicieron un tipo del último dictador que vendrá en el tiempo del fin.
Antíoco Epífanes tuvo éxito en su persecución contra los judíos porque Dios le había entregado la ciudad y el templo para ser pisoteados. El versículo doce nos dice que fue a causa de la prevaricación que le fue entregado el ejército con el continuo sacrificio.
A pesar de todo esto, la prevaricación asoladora no iba a durar para siempre. Uno de los santos preguntó, "¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados? Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado." (v. 13-14)
2300 tardes y mañanas
Las "dos mil trescientas tardes y mañanas" ha sido un punto de debates y confusión entre muchos estudiantes de escatología. El primero en hacer notoria esta parte de la profecía del capítulo 8 fue un predicador bautista llamado Guillermo Miller, quien indicó que basado en la profecía de los 2300 días, calculó que la venida de Cristo sería el 21 de Marzo de 1844.
Obviamente, sus cálculos fallaron y este evangelista terminó decepcionado y confundido acerca de su error. Pero a pesar de esto hubieron otros que no se rindieron sino que persistieron en tomar esta interpretación y cambiar la fecha de la venida de Cristo.
Todavía hoy en día tenemos falsos maestros que conociendo bien la palabra de Dios, insisten en predecir el día del arrebatamiento de la iglesia. Nuestro Señor Jesús fue bien claro en cuanto a esto cuando dijo: "Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre." Marcos 13:32
Creo que ante la falta de evidencia bíblica a favor de una interpretación de 2300 años, tenemos que tomar ese período de tiempo como días literales y no de años. Lo que el Señor estaba revelando es en que en ese lapso de tiempo Dios le pondría fin a la profanación de su santuario.
El tiempo del fin
En el versículo 17 Gabriel le dijo que la visión es para "el tiempo del fin". Esta expresión es una señal clara de que en Antíoco Epífanes tenemos un tipo del Anticristo por la abominación desoladora que trajo al templo, y su persecución contra el pueblo de Dios.
Nuevamente, en el versículo 19 Gabriel le recalca lo mismo. V.19 Y dijo: He aquí yo te enseñaré lo que ha de venir al fin de la ira; porque eso es para el tiempo del fin.
El resto del capítulo contiene la interpretación de la visión. Cuando leemos la descripción del cuerno pequeño, no podemos ignorar cuan apropiadas son estas palabras para describir el gobierno del Anticristo.
V. 23 Y al fin del reinado de éstos, cuando los transgresores lleguen al colmo, se levantará un rey altivo de rostro y entendido en enigmas 24 Y su poder se fortalecerá, mas no con fuerza propia; y causará grandes ruinas, y prosperará, y hará arbitrariamente, y destruirá a los fuertes y al pueblo de los santo. 25 Con su sagacidad hará prosperar el engaño en su mano; y en su corazón se engrandecerá, y sin aviso destruirá a muchos; y se levantará contra el Príncipe de los príncipes, pero será quebrantado, aunque no por mano humana.
Así como Antíoco fue un rey altivo y entendido, también la Bestia tendrá esa misma característica. Así como el poder de Antíoco se fortaleció no con fuerza propia, también el hombre de pecado será ayudado por el poder de Satanás. Así como Antíoco cayó y fue destruido por el poder de Dios, así también el Anticristo será derrotado por nuestro Señor Jesucristo.
27 Y yo Daniel quedé quebrantado, y estuve enfermo algunos días, y cuando convalecí, atendí los negocios del rey; pero estaba espantado a causa de la visión, y no la entendía.
Creo que cuando el profeta vio los horrores que le iban a venir a su pueblo, su espíritu y alma quedaron tan perturbados que hasta su cuerpo desmayó y quedo enfermo por varios días. Quizás los pensamientos que le venían eran tan fuertes que su cuerpo fue estremecido al considerar todo lo que Dios le había mostrado.
Dios quería preparar a su pueblo para lo que iba a venir contra ellos en el futuro. También hoy es necesario que la iglesia conozca las señales de los tiempos que apuntan a la segunda venida de Cristo a la tierra, y que estemos preparados para ser arrebatados con él.
Yo observo que en Daniel 8 se expresa nada más y nada menos que la batalla final de dios contra el mal y también la victoria de jesus y el fin de los sacrificios.