julio 27, 2024

INTRODUCCIÓN

La ciudad de Éfeso se consideraba el centro de adoración a la diosa Diana, también conocida como Artemis. Este ídolo tenía tanta importancia para ellos que el templo que le edificaron se consideraba una de las siete maravillas del mundo antiguo. La primera vez que oímos de Éfeso en las Escrituras, es en el libro de los Hechos capítulo 18 donde relata la visita de Apolos el evangelista. Luego en el capítulo 19 tenemos al apóstol Pablo ministrando a los hermanos efesios e introduciéndolos al bautismo por la fe en Jesús y al bautismo en el Espíritu Santo.

Pablo permaneció en esa ciudad por casi tres años (más o menos del 52 al 55 d.C.) predicando y enseñando el evangelio del reino, y el impacto del evangelio era tan grande que las ventas de los templecillos de Diana comenzaron a disminuir. Los plateros se enojaron de tal manera que provocaron una revuelta que conmovió a toda la ciudad. Después de todo esto, Pablo salió de Éfeso para ir a Macedonia. Pablo escribe esta carta desde la prisión, pero no sabemos cual prisión. Muchos creen que la escribió desde Roma alrededor del año 60 al 62 d.C.

 

Salutación Efesios 1:1-2

Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Efeso: 2 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

En las cartas de los tiempos antiguos, el remitente solía identificarse al comienzo de la carta en vez de al final como en las cartas modernas. Pablo no solo nos provee su nombre, también nos da el título que identifica su ministerio en la iglesia de Cristo. Él es apóstol, que se puede traducir como enviado, embajador, o comisionado de Cristo.

En su saludo a los hermanos efesios, Pablo los bendice con dos cosas muy poderosas en el Reino de Dios, gracia y paz. Este era el saludo favorito del apóstol ya que lo encontramos en las epístolas a los Romanos, 1 y 2 de Corintios, y Gálatas.

La palabra gracia tiene varios usos y significados en las Escrituras. Louis Berkhof da la siguiente definición: “En el Nuevo Testamento la palabra charis, de chairein, “regocijarse,” denota en primer lugar una apariencia externa agradable, “amabilidad,” “afabilidad,” “aceptabilidad,” y tiene algunos de estos significados en Lucas 4:22; Col. 4:6. Un significado más destacado de la palabra, sin embargo, es favor o buena voluntad, Lucas 1:30; 2:40, 52; Hechos 2:47; 7:46; 24:27; 25:9. Puede denotar la bondad de la beneficencia de nuestro Señor, II Cor. 8:9, o el favor manifestado o concedido por Dios, (refiriéndose a bendiciones materiales); I Ped. 5:10. Además, la palabra es expresiva de la emoción que surge en el corazón del que recibe tal favor, y así adquiere el significado de “gratitud” o “agradecimiento.” Lucas 4:22; I Cor. 10:30; 15:57; II Cor. 2:14; 8:16; I Tim. 1:12.

Sin embargo, en la mayoría de los pasajes en los cuales la palabra chari es usada en el Nuevo Testamento, significa la operación inmerecida de Dios en el corazón del hombre, efectuada a través del Espíritu Santo. Mientras que nosotros a veces hablamos de la gracia como una cualidad inherente, en realidad es la comunicación activa de las bendiciones divinas por la obra interior del Espíritu Santo, de la plenitud de de Aquel quien es “lleno de gracia y de verdad,” Rom. 3:24; 5:2; 1 Co. 1:4; II Cor. 6:1.

Jesús dijo: “Mi paz os dejo, mi paz os doy.” Como hijos de Dios lavados con la sangre de Cristo, debe de haber paz en nuestros corazones. Pero la bendición de Pablo para la iglesia demuestra que la paz debe ser buscada continuamente. El Señor quiere que nuestras vidas estén gobernadas o dirigidas en su paz. Col. 3:15 dice: Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. Vemos, pues, que las palabras de Pablo son más que un simple saludo. Estas palabras son una bendición que todos debemos desear, y que provienen de nuestro Padre celestial y de Jesucristo.

Bendecidos en Cristo Jesús (Efesios 1:3-10)

(1:3) Pablo continua levantando una alabanza de agradecimiento a nuestro Dios por motivo de sus bendiciones para con nosotros. En esta escritura el Espíritu Santo nos revela que somos bendecidos con toda bendición espiritual. Las bendiciones no serán dadas, sino qué ya fueron dadas. No es algo que esperamos para el futuro, sino que cuando venimos a Cristo, automáticamente somos bendecidos en él.

Otro punto importante es que estas son bendiciones espirituales. Es decir, que el origen y naturaleza de las bendiciones no son materiales, provienen del Espíritu de Dios. Como vivimos conscientes del mundo material más que del espiritual, valoramos y anhelamos las bendiciones materiales más que las espirituales. Comprendemos que la razón de esta actitud en nuestros corazones es normal cuando somos bebes en el Evangelio. Sin embargo, es necesario que lleguemos a madurar y a entender que la bendición espiritual es siempre mayor a cualquier bendición material.

¿Qué significa la palabra “bendición? Literalmente significa “hablar bien de…” “En el Nuevo Testamento, ser bendecido es ser concedido con un favor especial de Dios, resultando en gozo y prosperidad. Pero, el énfasis es mas en lo espiritual que en las bendiciones materiales.” (Baker’s Evangelical Dictionary).

Tenemos el favor especial dado por Dios a los creen en su Hijo Jesucristo, un favor que nos llena de gozo y de poder espiritual.

“En los lugares celestiales” es una expresión que solo existe en el libro de Efesios. En cinco ocasiones el apóstol utiliza esta expresión. (J.F.B.) Somos bendecidos en los lugares celestiales porque aunque no estemos allá todavía, nuestra ciudadanía está en los cielos. Filipenses 3:20: Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo.

 

(1:4) Nos escogió en él (en Cristo), porque sólo a través de él podíamos ser rescatados. Dios, conociendo el futuro de su creación, y el numero de los seres humanos que habría de existir por su voluntad, hace su selección antes de la fundación del mundo. Nos escogió con propósito; para ser santos, o sea separados, consagrados, y sin mancha delante de él.

 

(1:5) La palabra “predestinar” significa “predeterminar”, “decidir de antemano”. En el NT, Dios decretando desde la eternidad. Así que Dios pre ordenó que fueras adoptados como sus hijos aún antes de la creación del hombre. Ahora bien, esta predestinación no debe interpretarse como simplemente una selección arbitraria de Dios y que aquellos que no son escogidos para ser sus hijos son predestinados para perderse. Romanos 8:29 nos proporciona un detalle importante en el proceso de la predestinación. "Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos."

Dios nos conoció desde la eternidad y supo quienes habrían de oír su voz.

(1:6) Debemos siempre alabar al Señor por su gloriosa gracia salvadora. Por ella fuimos aceptados en su amado Hijo.

(1:7) Redención significa “rescate o liberación efectuada por el pago de una recompensa. Jesús nos rescata pagando por nosotros a precio de sangre. Por su preciosa sangre fuimos perdonados del pecado.

(1:8) Hemos recibido este perdón según las riquezas de su gracia que él hizo sobreabundar en nosotros en toda sabiduría e inteligencia. Es decir, la sabiduría de Dios en traer la salvación a través de Cristo.

(1:9) Nos hizo conocer el misterio (su plan secreto) de su voluntad, de traer redención para judíos y gentiles por la fe en Cristo) Colosenses 1:26-27.

(1:10) La palabra dispensación viene del griego oikonomia que se puede traducir administración de casa o estado, y también mayordomía. De esta palabra griega tenemos la transliteración economía.

Hay dos palabras en griego que se traducen tiempo en español, pero se utilizan o se entienden de manera diferentes. Las palabras chronos y kairos aparecen en diferentes partes del Nuevo Testamento.

Podemos decir, pues, que hay una economía o administración del tiempo especial señalado por Dios para llevar a cabo su obra. Un tiempo dentro del tiempo en el cual él hace segun el designio de su voluntad.

 

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