Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. (Romanos 13:1-2)
Una iglesia que se mueve bajo el orden de la autoridad del reino de Dios, es una iglesia victoriosa y llena de poder. En su libro "La Autoridad Espiritual", Watchman Nee explica que el trono de Dios está establecido en autoridad. Todas las obras de Dios fluyen desde su trono, y también todas la leyes físicas del universo están fundadas y permanecen en su autoridad. Como hijos de Dios y ciudadanos de su reino, no podemos ignorar nuestro deber de obedecer a las autoridades que Dios ha puesto sobre nosotros. Si no somos cuidadosos en este asunto, podemos terminar siendo unos rebeldes en los ojos del Señor.
¿Qué es autoridad?
Para poder entender la importancia de la autoridad de Dios es necesario que comprendamos el significado de esta palabra. El Diccionario Etimológico Online dice que esta palabra viene de el termino autor, que significa: "amo, líder, creador, etc." Se define como "poder para hacer cumplir la obediencia; poder para obtener por la fuerza." Ahora bien, esta definición no basta para explicar la autoridad de Dios, porque esta es diferente de las demás; sean humanas o angelicales. Su suprema autoridad origina o permite las autoridades existentes. Creo que la autoridad de Dios es su dignidad como Creador de todas las cosas para hacer como el quiere; y por lo cual debe ser reverenciado, honrado y adorado. Sabemos que hay otras autoridades que son opuestas a la autoridad de Dios, pero estas están aun en pie en su voluntad permisiva. Hablaremos como surgieron y se establecieron las mismas.
Orígenes de autoridades
En el principio había solo una autoridad en el universo. Por mucho tiempo se hacía la voluntad de Dios sin haber ninguna oposición. Dentro de estos seres celestiales Dios estableció una jerarquía angelical de diferentes niveles de autoridad, todos sometidos a la suprema autoridad de Dios. No existían autoridades contrarias a la autoridad divina. Pero un día un querubín de gran hermosura se sublevo contra el Todopoderoso, y en su rebelión logró arrastrar la tercera parte de los ángeles del cielo. Watchman Nee dice: "el arcángel se convirtió en Satanás cuando se opuso a la autoridad de Dios, compitió con Dios, y así se convirtió en un adversario de Dios. La rebelión fue la causa de la caída de Satanás." El adversario arastró con él a la tercera parte de los ángeles que se dejaron engañar. Más adelante trataremos este punto detalladamente.
La autoridad en Adán
Dios, después de haber creado a Adán y Eva, les hizo señorear sobre toda la tierra (Gen. 1:28). Es decir, que aunque el hombre era un poco menor que los ángeles y el diablo era mucho más fuerte que Adán, Satanás no podía ejercer autoridad en esta creación. Siempre y cuando el hombre anduviese en obediencia a la palabra de Dios iba siempre a señorear en este planeta. Por esto el adversario, al conocer bien el principio de la obediencia y la autoridad, lanzo su ataque para hacer que el hombre perdiera su posición a través de la desobediencia. Cuando Adán y Eva comieron el fruto prohibido hubo un transferencia del dominio de este mundo (Luc. 4:5-7). El hombre perdió la autoridad por la desobediencia.
La victoria de Cristo
Aunque Satanás tenga control de este mundo (como dice 1 Juan 5:19), Dios sigue siendo la suprema autoridad en la tierra.
De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan. (Salmos 24:1)
Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces? (Daniel 4:35)
Ya que Jesucristo es Dios en carne, ¿como pudo el diablo ofrecerle los reinos del mundo? La respuesta es que la oferta era presentada al segundo Adán, a Jesús el hombre perfecto. El adversario quiso contaminarlo con el principio de la desobediencia, pero sus ataques fueron en vano. Jesús fue vencedor en la tentación, y también venció por nosotros en la cruz.
Quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades. (1 Pedro 3:22)
Nuestro Señor Jesús le ha delegado autoridad a su iglesia para ser testigo a todas las naciones, y para quebrar toda fuerza del enemigo. Pero así como Adán perdió la posición que Dios le había dado, todo cristiano que ande en el principio de Satanás no podrá ejercer autoridad contra el reino de las tinieblas. Que Dios nos ayude a obedecerle siempre, pues sólo Él es digno de ocupar su trono.