HABACUC 2

En el capítulo 1, Dios respondió a la primera pregunta del profeta, ¿por qué Dios no castigaba el mal entre su pueblo? Resulta que el Señor iba a usar a los caldeos para juzgar el pecado de Judá. La invasión babilónica les quitaría la libertad y la prosperidad. Y como resultado de esto, el pueblo sería libre de la idolatría. 

Sin embargo, la respuesta de Jehova perturbó profundamente al profeta. Habacuc no podía entender lo que oía. Se preguntaba, ¿cómo podría un Dios justo usar a los más malvados para castigar a los menos malvados?

Después de orar a Dios no tuvo más remedio que esperar su respuesta. Decidió estar en  vigilia, como un centinela en una torre, esperando una revelación. Esperaba con atención para no perder el mensaje de Dios.

En su respuesta a Habacuc, Jehová le dijo al profeta que escribiera la visión en tablas para que el mensaje fuera visible para el pueblo.

Según el Comentario de Fausset Brown, las tablas estaban hechas de madera de boj en la que grababan asuntos nacionales, usando una pluma de hierro, y luego colgaban en público, en las casas de los profetas o en el templo, para que los transeúntes pudieran leerlas.

Compárese Lucas 1:63, Y pidiendo una tabla, escribió, diciendo: Juan es su nombre. Y todos quedaron asombrados.

Al decirle a Habacuc que publicara la visión para el pueblo, Jehová dio a todos los que la leían la oportunidad de escapar del juicio.

Uno de los propósitos de la profecía es alertar a la gente. Se les anuncia lo que vendrá para que puedan prepararse y salvarse.

En el capítulo 2:3, Dios advirtió que el cumplimiento de la profecía no sería inmediato, pero enfatizó que era un hecho inquebrantable.

Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.

En cuanto a la pregunta sobre los malvados y los menos malvados, Jehová respondió: He aquí el soberbio, su alma no es recta en él; mas el justo por su fe vivirá.

En otras palabras, aunque los caldeos traerían devastación por todas partes y se jactarían sobre los judíos, quien tuviera fe en su Dios iba a vivir.

Hebreos 11: 1 nos dice que la fe es la certeza de lo que se espera, la evidencia de lo que no se ve. Vivir por fe da la certeza de que Dios hará lo que ha prometido sin depender de lo que podamos ver.

HABACUC 1

Hace mucho tiempo publiqué un estudio resumido del libro de Habacuc. Pero últimamente he sentido el deseo de volver a visitar este libro profético, analizando cada capítulo y versículo junto con la audiencia de Luz en la Palabra en YouTube. Haga clic en el video a continuación para unirse a este viaje de las Escrituras.

¡Cuántas veces, viendo cómo abundan la injusticia y la maldad en este mundo, nos preguntamos dónde está Dios! O quizás nos preguntamos por qué no detiene el mal, no defiende a los oprimidos ni castiga a los malvados. Estas incógnitas han surgido a lo largo de las edades de la historia humana. Uno de los hombres del pasado que luchó con estas preguntas fue el profeta Habacuc.

No sabemos cuándo se escribió exactamente el libro de Habacuc. Según David Malik, la mejor fecha para el libro debe ser desde el surgimiento de neobabilonia (a través de Nabopolasar) sobre Asiria en 626 a. C., hasta la batalla de Carquemis en 605 a. C.

El libro de Habacuc trata el tema de la justicia de Dios y cómo él lidia con el mal. Habacuc vivió en una época de depravación e injusticia generalizadas en Judá, el Reino del Sur de Israel. El profeta no entendia por qué el Señor permitia que la violencia y la maldad corrieran desenfrenadas en la nación. Así que clamó a Dios preguntándole por qué permitía todo esto. (v. 1: 1-4)

La respuesta de Dios fue que iba a hacer algo increíble en los días de Habacuc. Jehová describió lo que haría en el versículo 6, declarando que estaba levantando a la nación de los caldeos, una nación cruel, formidable y terrible, para que fuera el instrumento de castigo por la maldad en su pueblo.

Cuando el profeta escuchó el plan de Dios con los caldeos, respondió reconociendo la soberanía de Dios, pero al mismo tiempo, tuvo que cuestionar la razón de esa obra. Lo que Jehová estaba diciendo parecía no tener sentido.

Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio; ¿por qué ves a los menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más justo que él. (1:12)

En otras palabras, Habacuc se preguntó por qué Dios usaría una nación más malvada y pecadora que Judá para castigar a Judá. Veremos la respuesta a esta pregunta en el proximo video.