MATEO 24:1-30

Herod's Temple

Mateo 24:1 Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. 2 Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada.

Según los historiadores antiguos, el segundo templo de Jerusalén fue una de las obras de arquitectura más grandes del Medio Oriente. Aunque Esdras y Zorobabel fueron los constructores, fue el rey Herodes quien años más tarde lo renovó y aumentó su tamaño convirtiéndolo en una estructura maravillosa digna de admiración.

Fue la hermosura de ese templo que motivó a los discípulos a expresar su admiración con su Maestro. Sin embargo, ellos no esperaban recibir una respuesta tan perturbadora como la oyeron de la boca del Mesías. El Señor les anunció que no iba a quedar piedra sobre piedra que no fuera derribada.

Me imagino que las palabras impactantes que habían acabado de escuchar retumbaban en sus corazones. Para estos hombres era difícil imaginarse a Jerusalén sin el templo ya que representaba la columna vertebral de la religión del pueblo judío.

Cuando los discípulos compartieron su admiración por esta estructura con el Maestro, ellos no esperaban recibir una respuesta tan perturbadora de la boca del Cristo. Para ellos era difícil imaginarse a Jerusalén sin el templo.

De seguro que mientras caminaban desde el templo hasta el monte de los Olivos, los discípulos meditaban en el significado de estas palabras. Quizás se preguntaban cuanto tiempo faltaba para cumplirse lo que el Señor les había declarado, y cómo serían afectados por tan grande perdida.

Es por esto que deseosos por saber más acerca de la profecía dada por Cristo, los discípulos le preguntaron lo siguiente:

Mateo 24:3 Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?

Si observamos bien la pregunta de los discípulos, veremos que se puede dividir en tres partes:

  • ¿Cuándo serán estas cosas?
  • ¿Qué señal habrá de tu venida?
  • ¿Qué señal habrá del fin del siglo?

Este tipo de pregunta trajo como respuesta información no solo acerca de la destrucción del templo, sino también de otros eventos proféticos de suma importancia para nosotros.

Señales – Falsos Cristos y rumores de guerras (vs. 4-6)

En su respuesta, lo primero que Jesús le advirtió a sus discípulos es que no se dejaran engañar por nadie. Esta advertencia es más pertinente hoy que en todos los tiempos de la historia de la iglesia. La realidad es que la iglesia de Cristo vive en un tiempo en el que muchos engañadores están arrastrando a las multitudes para seguir un evangelio diferente al que Cristo nos dejó.

Pero el engaño principal del que los discípulos debían cuidarse es del de los maestros con complejos de mesías. Este tipo de líderes pueden hacer gran daño a la fe de muchos que ignoran las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo.

Además de los falsos Cristos, otra de las señales que habrían de venir es la de  rumores de guerras. Sin lugar a dudas, la humanidad ha visto el cumplimiento de esta palabra en muchas ocasiones. Pero no debemos olvidarnos que el mensaje de Cristo es que cada vez que esos rumores vengan, no debemos turbarnos como los que no conocen al Señor.

Aunque las noticias de conflictos bélicos pueden ser causa de pánico en muchos, debemos recordar que es necesario que la palabra de Dios se cumpla.

Guerras, pestes, hambre, terremotos (vs. 7-8)

Toda persona que tiene un conocimiento básico de la historia universal, sabe que la humanidad ha vivido en diferentes períodos en los cuales se han manifestado estas cuatro señales proféticas. Así que, la pregunta que debemos hacernos es ¿cómo podemos identificar estos sucesos como señales del tiempo del fin?

Creo que algo interesante acerca de estos diferentes eventos, es el aumento en la intensidad y la frecuencia con la que han venido sucediendo en el mundo. Lo que quiere decir que estos males que hemos visto cumplirse una y otra vez, van a seguir ocurriendo más y más hasta llegar al colmo de los juicios de la gran tribulación.

Notemos que estas señales anunciadas aquí tienen gran similitud con los cuatro jinetes del Apocalipsis, los cuales serán desatados en el período de los siete años del gobierno del Anticristo (Ver Apocalipsis 6:1-8)

Persecución – Tribulación (vs. 9-13)

La siguiente señal que el Señor les anunció fue acerca de la tribulación que tendrían que pasar sus seguidores por causa de su nombre.

La palabra “entonces” del versículo 9 se refiere a un tiempo específico. Es lo mismo que decir “cuando” o “en aquel tiempo”. Es decir, que en el tiempo cuando se vieran las señales anunciadas aquí, también se van a ver las persecuciones anunciadas.

Muchos saben que la iglesia ha pasado por diferentes períodos de persecución y violencia, y que actualmente en muchos países los cristianos están siendo perseguidos por causa del evangelio. Pero creo que esta profecía tiene todavía un cumplimiento futuro del cual debemos estar pendientes.

Predicación del evangelio del reino (vs. 14)

Jesús nos dice que después de que el evangelio sea predicado en todo el mundo, entonces vendrá el fin. Esta profecía ha causado que muchos digan, “bueno, si es necesario que el evangelio sea predicado en todo el mundo, antes del fin, entonces podemos estar seguros de que el Señor no regresará por mucho tiempo, porque aún hay millones de millones que no han oído el evangelio.”

Esta es una actitud carnal y muy peligrosa, porque que el Señor frecuentemente nos amonesta en su palabra a que velemos por su regreso continuamente. Una y otra vez encontramos que el Señor instruyó a sus discípulos a esperar por su retorno inminente. Si ignoramos la instrucción de nuestro Maestro, seremos sorprendidos sin estar preparados para volar con Él.

Gran Tribulación (vs. 15-22)

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Después de anunciarles que ocurrirá cuando el evangelio sea anunciado en todo el mundo, Jesús les citó a sus oyentes un término profético llamado «la abominación desoladora» el cual se encuentra en el libro de Daniel (Daniel 11:31; 12:11).

La abominación desoladora es una expresión que se refiere a la profanación del lugar santísimo en el templo de Jerusalén. Esta fue anunciada de antemano al profeta Daniel y tuvo su cumplimiento en el 167 AC cuando Antíoco Epífanes contaminó el templo ofreciendo cerdos en holocausto y colocando una estatua de Zeus en el lugar santísimo.

Ahora bien, notemos que al hacer referencia a esta profecía, el Señor Jesús añade, “el que lee entienda.” En otras palabras, lo que el Señor quiere decir es que esta profecía es de doble cumplimiento. O sea que, aunque esa palabra ya se había cumplido una vez en Antíoco Epífanes, el santuario iba a ser nuevamente profanado por los romanos en el año 70 DC, y volverá a tener lugar cuando ocupe el lugar santo del templo futuro durante el gobierno del Anticristo (2 Tesalonicences 2:3-4).

Esa última abominación desoladora va a traer como resultado un lapso de tiempo de mucho dolor y sufrimiento en el mundo.  En el versículo 9 de Mateo 24 el Señor habló de tribulación en general para aquellos que le sirven y creen en su nombre, pero en el versículo 21 Él utiliza un término diferente llamado “gran tribulación.”

La gran tribulación tomará lugar en la segunda mitad del reinado del Anticristo, el cual durará siete años. Lo que quiere decir que por tres años y medio la tierra va a experimentar un tiempo de sufrimiento tan terrible, que el Señor dice que no se puede comparar con ningún otro tiempo de dolor en la historia humana. 

Falsos cristos, falsos profetas (vs. 23-28)

Otra de las señales que hemos visto cumplidas es la de falsos Cristos, la cual ya ha sido mencionada en el versículo cinco. Pero aquí nuestro Señor Jesucristo nos enseña que cuando se trata de su venida visible a la tierra, no hay porque caer en el engaño, pues su venida será tan gloriosa y estrepitosa que ningún falso maestro la podría imitar.

Sin embargo, debemos distinguir entre la venida visible del Señor Jesús y el arrebatamiento de la iglesia, lo cual tomará lugar antes de la gran tribulación.

Mateo 24:28 Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas.

Esta declaración tan extraña puede referirse a las repercusiones que vendrán sobre todos los que peleen contra el Cordero en la batalla de Armagedón. De hecho, muchos teólogos ven este versículo como una referencia directa a Apocalipsis 19:17-18

La venida visible del Señor Jesucristo (vs. 29-31)

En los siguientes versículos el Señor revela lo que acontecerá al final de la gran tribulación, antes de su aparición gloriosa en las nubes. En aquellos días se manifestarán grandes señales en los cuerpos celestes.

El libro de Apocalipsis nos da más detalles de lo que acontecerá en ese tiempo.

Apocalipsis 6:13 y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento.

Apocalipsis 8:12 El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas, para que se oscureciese la tercera parte de ellos, y no hubiese luz en la tercera parte del día, y asimismo de la noche.

En el versículo 30 tenemos el retorno visible de nuestro Señor, quien vendrá para destruir a sus enemigos, juzgar a las naciones, y establecer su reino milenial sobre este mundo.

Mateo 24:30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.

Hay muchos que interpretan Mateo 24 como una profecía que se cumplió en su totalidad en la destrucción de Jerusalén en el año 70 D.C. Pero para tomar esta posición teológica se tienen que ignorar muchos detalles importantes, o alegorizar muchos de los eventos anunciados por el Señor. 

Mateo 24 es un capítulo con muchas dificultades para todo estudiante serio de las Escrituras, sin embargo, si nos enfocamos en el mensaje principal de nuestro Señor Jesucristo, estaremos preparados para el día en que levante a su pueblo.

LA ADORACIÓN, LA PUERTA AL TRONO DE DIOS.

Ark of the Covenant

Hay muchos que desean tener acceso al palacio presidencial de algún país y tener el privilegio de compartir una taza de café con el presidente de la nación. Para muchos, esto es una gran gloria y honor. Pero, ¡cuánto más grande es el honor y la gloria de entrar al salón del trono celestial donde está nuestro Dios y Rey, y pasar tiempo a solas con él!

Ahora bien, no todo ciudadano que desee entrar al palacio presidencial puede obtener acceso a la oficina del presidente. Pero, ¿qué tal si ese ciudadano es declarado hijo del rey o del presidente y como tal, tiene el derecho de vivir en el palacio? De repente, el tener intimidad con el rey es ahora un derecho que puede ejercer si le ama como padre.

Toda persona que ha nacido de nuevo y tiene al Señor Jesucristo en su corazón, puede pasar tiempo en intimidad con Dios. Pero es a través de la adoración que le expresamos nuestro amor a nuestro Padre celestial.

En nuestro lenguaje cristiano o religioso estamos acostumbrados a mencionar la palabra adoración o el verbo adorar sin realmente entender el significado de tales palabras. Es necesario comprender más a fondo que significa adorar a Dios, porque hay muchos que en vez de adorarle, solo practican un hábito religioso carente de significado y fervor espiritual; Mientras que otros son adoradores de muchas cosas, pero no de Dios.

Hay una gran diferencia entre la adoración a dioses falsos y la adoración al Dios verdadero.

I. ¿Qué significa adorar?

El verbo adorar aparece por primera vez en la Biblia, en Génesis 22:5, donde se relata el momento en que Abraham iba a subir a uno de los montes en Moriah para ofrecer a Isaac en holocausto a Jehová. Él les declaró a sus siervos, «…adoraremos y volveremos a vosotros».

La palabra adorar viene del hebreo shâchâh y significa «postrarse» o «inclinarse».  En muchas de las Escrituras vemos como los siervos de Dios se postraban en oración ante la presencia de Dios. Así que, básicamente, adorar significaba algo tan simple como postrarse ante Dios.

Ya que el postrarse no es una acción verbal sino una posición que toma nuestro cuerpo, debemos preguntarnos ¿qué significa el tomar esta posición física? ¿Qué estamos comunicando con nuestro lenguaje corporal cuando nos postramos?

Creo que cuando nos inclinamos o arrodillamos estamos declarando que nos rendimos ante aquél quien nos postramos, y también le reconocemos como digno de honra. Otra forma de verlo es que estamos diciendo que esa persona es más grande que nosotros. Por tanto, en parte el adorar a Dios tiene que ver con un rendimiento ante la presencia de Dios  y la exaltación de su gloria.

En el Nuevo Testamento, el cual se escribió en griego, vemos como la palabra adoración toma un significado más profundo y detallado. Según el Diccionario Expositivo Vine, la palabra proskuneo significa «hacer debida reverencia» (esta palabra es compuesta por pros «hacia», y kuneos «besar»). Al ver esta definición podemos notar que la adoración es algo muy profundo e íntimo de lo que pensábamos.

II. La Adoración Que Agrada a Dios

Juan 4:23-24 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

Si Dios demanda que la adoración sea en espíritu y en verdad, es porque hay adoración que se le ofrece en la carne y sin sinceridad. Lo que quiere decir que hay quienes pueden estar perdiendo su tiempo creyendo que son escuchados por Dios, cuando en realidad su oración y alabanza es como un címbalo que retiñe delante de Dios.

El hecho de que Dios está buscando verdaderos adoradores debe provocarnos a indagar si en verdad somos parte de aquellos que le adoran en espíritu y en verdad. De lo contrario, nuestra vida cristiana no será más que religiosidad y mortandad espiritual.

Salmo 29:2 Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad.

A través de la historia hay muchos nombres que han sido glorificados por los seres humanos; los nombres de dioses, de reyes y reinas, y muchos más han sido venerados por sus grandes hazañas y victorias. Pero la gloria que le debemos dar a Dios no se puede comparar con ninguna otra gloria dada a cosas o criaturas.

Dios es digno de la gloria más alta que un ángel o un ser humano pueda dar. Cuando glorificamos su nombre debidamente, nuestra adoración no solo va a agradar a Dios, también nuestros corazones serán bendecidos con su presencia.

Dice el texto que tenemos que adorar al Señor en la hermosura de la santidad. Si el estar delante de un rey terrenal exige de nosotros cierto protocolo y vestuario apropiado, cuanto más grande debe ser la hermosura y gloria con las que debemos acercarnos a nuestro Dios en adoración.

Al meditar en estas palabras, he podido comprender cuan necesario es que seamos más reverentes, tiernos, y fervorosos en nuestros momentos de adoración y devoción al Dios Eterno.

EL CRISTIANO Y LA INTEGRIDAD

Uno de los temas que deberíamos discutir con más frecuencia en nuestras iglesias, es el de la integridad del creyente. La falta de enseñanza bíblica acerca de esta virtud, ha sido la causa de grandes caídas de líderes del pueblo de Dios. Sabemos que si ignoramos el consejo de Dios en alguna área de nuestras vidas, sufriremos las consecuencias de nuestra ignorancia.

El concepto integridad se deriva del término de origen latino integrĭtas, y hace hincapié en la particularidad de íntegro y a la condición pura de las vírgenes. Algo íntegro posee todas sus partes intactas o, dicho de una persona, hace referencia a un individuo correcto, educado, atento, probo e intachable. http://definicion.de/integridad/

Desde el punto de vista espiritual, somos íntegros solo si andamos en obediencia y rectitud delante de Dios.

Mucha gente miden la madurez espiritual de un creyente por la cantidad de dones espirituales que posee, o por cuan ungido sea vea el individuo. Pero muchos de estos ungidos hacen hacen grandes obras para Dios, y a la misma vez avergüenzan el evangelio con su manera de vivir. Nuestro Señor Jesucristo dijo, “por sus frutos los conoceréis.”

Veamos algunos ejemplos de hombres íntegros en las Escrituras:

La integridad de David

Y si tú anduvieres delante de mí como anduvo David tu padre, en integridad de corazón y en equidad, haciendo todas las cosas que yo te he mandado, y guardando mis estatutos y mis decretos… 1 Reyes 9:4

En esta escritura encontramos como Jehová le habló al rey Salomón durante el comienzo de su reinado. El Señor le indicó como debía comportarse si deseaba tener éxito en su vocación y un reino firme en Israel.

Dios tomó la vida de su padre como el modelo que él debía seguir en sus decisiones y resaltó la integridad de su corazón.

Aunque David no fue perfecto y tuvo grandes fracasos en su vida, para Dios, es como si su siervo nunca había caído ni cometido estos pecados. Cuando Dios perdona a sus hijos, Él no les recuerda sus derrotas. David era íntegro de corazón porque pudo pedir perdón por sus pecados y nunca abandonó la fe en el Señor yéndose tras la idolatría.

¿Como sabemos que David andaba en la integridad de su corazón? Creo que el amor sincero que demostraba en su adoración, era la evidencia de su inegridad. En algunos salmos él expresaba su anhelo por más de la presencia de Dios. David era un hombre que vivía enamorado de la gloria de Dios.

La integridad de Job

Job and friends

Otro varón a quien Dios reconoció como justo e íntegro fue el patriarca Job. La Biblia dice que este hombre era perfecto y recto, reverente a Dios y que odiaba el mal.

Un día, Satanás se presentó ante Jehová después de haber rondado la tierra, y Jehová le preguntó qué pensaba del testimonio de su siervo Job.

La respuesta de Satanás fue acusar a Job de ser creyente por los beneficios que había recibido de Dios. Si Dios le quitara todas sus posesiones, decía él, de seguro maldeciría al Señor.

Dios le permitió a Satanás destruir todos los bienes de Job, e incluso matar sus hijos. Pero el adversario quedó avergonzado y humillado porque Job se mantuvo fiel al Señor.

Job 2:3 Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa? 

Aunque Satanás destruyó todo lo que Job poseía, él pudo permanecer fiel en medio del dolor de las perdidas. Él supo apreciar más su relación con Dios que las bendiciones temporales de esta vida.

El diablo fracasó en su apuesta contra el carácter de Job, pero la verdad es que hay quienes sirven al Señor solo si todo les va bien.

¿Cuántos de nosotros permanecemos fieles siempre y cuando no nos vaya mal? ¿Qué precio tiene nuestra fidelidad y rectitud? ¿Cómo reaccionamos en los momentos de dolor?

Para continuar amando al Señor en tales circunstancias, es necesario confiar en la bondad de Dios y su amor hacia nosotros.  Estoy seguro de que mientras Job lloraba por la muerte de sus hijos, el enemigo atacó su mente con mentiras acerca de la bondad de Dios. Pero a pesar de que no podía entender por qué todo este mal había llegado a él, Job fue capaz de perseverar en su fe.

Después de haber fallado en su ataque contra el siervo de Dios, Satanás subió de nuevo al cielo. Esta vez se presentó ante el Señor con una teoría que explicaba la razón de su derrota.

Job perdió toda su riqueza material e incluso sus diez hijos, pero aún tenía su salud, afirmó Satanás. Así que le pidió permiso a Dios para atacar a Job con la tortura del dolor (Job 2:7).

Job 2:9 Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete.

Hay tiempos de pruebas difíciles para los hijos de Dios. A veces, las personas que amamos pueden convertirse en la boca del enemigo para cuestionar o ridiculizar nuestra fe.

Sin embargo, aun si nuestros amigos y familiares no pueden entender por qué Dios nos permite atravesar esas situaciones, debemos seguir el ejemplo de Job y mantener nuestra integridad ante Él.

La Biblia nos dice que después de Job haberlo perdido todo, excepto su vida, sus amigos vinieron a visitarlo y consolarlo. Pero después de haber expresado su pésame y luto por su situación, estos hombres se volvieron en fiscales que lo acusaban de haber cometido algún pecado oculto.

En su lógica humana, estos tres hombres pensaban que no era posible que a Job le vinieran todos estos males si él hubiese andado en integridad y obediencia delante de Dios. Sus continuas acusaciones llevaron a Job a defender su testimonio con intensidad hasta el fin.

Job 27:5 Nunca tal acontezca que yo os justifique; Hasta que muera, no quitaré de mí mi integridad.

Aquí Job quiere decir: «No confesaré (o estaré de acuerdo) con su dicho, de que no soy recto.» Creo que es muy importante para nosotros el estar seguros de nuestra integridad y rectitud delante de Dios y los hombres. Esta seguridad nos mantendrá firmes en el camino del evangelio.

Los íntegros habitarán en su santuario

Salmos 15:1 Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo?

El Salmo 15 es la clave para los adoradores que desean entrar y permanecer en la presencia de Dios. Este capítulo revela los requisitos de Dios para aquellos que desean morar en su tabernáculo.

Cuando la Biblia habla del tabernáculo, se refiere al santuario celestial donde está el trono de Dios. Por lo tanto, si queremos tener comunión con el Señor, es importante saber cuáles son las características necesarias para vivir en la presencia de Dios.

  • El que anda en integridad
  • Hace justicia
  • Habla verdad en su corazón
  • No calumnia con su lengua
  • No hace mal a su prójimo
  • No admite reproche contra su vecino
  • A sus ojos el vil es menospreciado
  • Honra a los que temen a Jehová
  • Jurando en daño suyo, no por eso cambia
  • Su dinero no dio a usura
  • Contra el inocente no admitió cohecho

El salmo termina diciendo que «el que hace estas cosas, no resbalará jamás.» El creyente íntegro puede estar confiado en que el Señor lo guardará sin caída por su gracia y misericordia.

Esta lista parece imposible de cumplir, pero en estos tiempos tenemos recursos que no existían en el antiguo pacto. Hoy podemos caminar de acuerdo con la voluntad de Dios, si dependemos de su gracia y del poder del Espíritu Santo.

Salmos 101:2 Entenderé el camino de la perfección Cuando vengas a mí. En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa.

El salmista nos enseña que la integridad no debe ser medida por nuestro comportamiento delante de los demás, sino que en lo oculto de nuestro corazón y en la privacidad de nuestro hogar es donde realmente mostramos quienes somos. ¿Cómo nos comportamos cuando “nadie” nos ve?

Si nos damos cuenta de que en nuestra privacidad estamos desobedeciendo la Palabra de Dios y tenemos pensamientos perversos en nuestros corazones, debemos arrepentirnos y orar por la liberación.

Es esencial velar por la salud de nuestro hombre interior. De esta manera nos mantendremos santos e íntegros por dentro y por fuera. De esta manera podremos seguir los pasos del Maestro.

Otros versículos acerca de la integridad: